TE SIGO EXTRAÑANDO

 Honestamente cada día, cada noche me la paso imaginando lo que pudo haber sido de nosotros, hasta dónde pudimos haber llegado, y si me lo preguntas, claro que volvería en el tiempo para hacer bien las cosas que no pudimos hacer en su momento. Te extraño y a todo el mundo, a todas las personas que han leído todo lo que te he escrito, te aman, aman lo que he logrado a consecuencia de tu amor, de las heridas que nos dejamos. Eras lo único en que este desquiciado ateo creía. En ti, en nosotros y en todo lo que apostamos el uno por el otro una y otra vez hasta consumirnos como los porros que me armaba cuando no quería pensar en ti.

Tú nunca necesitaste de maquillaje para llamar la atención porque ya lo hacías con esa cara de misterio que sigues teniendo desde que te conozco.

Que sepas que te eché de menos esas noches que me sentía insuficiente, las veces que terminaba un poema o un escrito que yo sabía que era muy bueno, también en esas veces que en entre la bulla de las fiestas susurraba que te extrañaba. Te extrañé cuando mi gato se fue de casa. Cuando casi reprobaba noveno. Cuando murió el abuelo. Te extrañé cuando estaba perdiendo las ganas. Y yo sé que suena muy tonto, pero eras la cura a mis ataques de ansiedad, eras mis pastillas cuando el insomnio no dejaba de abrazarme en las noches, eras la risa que necesitaba cuando me diagnosticaron depresión. Te extrañé cuando me peleé con mi papá. Te extrañé cuando perdimos a mi cuñado. Te extrañé cuando hacía reír a mi sobrina y cuando le tomaba fotos. Te extrañé en mis cumpleaños, en navidad y en todas y cada una de las veces que me sentí mal y todas las veces que me sentí bien. Que te busqué entre todas esas bocas que alguna vez besé, porque estoy seguro de que eres mi más grande amor, y me atrevería a decir que eres el amor de mi vida, mi musa, y yo sé que no pediste serlo, pero, de un momento a otro te convertiste en esta deidad para cada bendito trazo que hacía en mis libretas y cada tecla que pulsaba.

Y perdóname si solo hablo de desamor, perdóname por solo haber sabido desquitar todo este dolor de extrañarte en escritos en los que descargaba la ira por no saber tenerte a mi lado.

Quizás solo pueda mantener dos promesas de miles que nos hicimos hace mucho tiempo.

Amarte en esta vida.

Y buscarte en la siguiente.

Para hacer bien todo aquello que en esta no pudimos.

El amor nunca se acaba, solo cambia de forma, solo cambia su frecuencia, pero nunca desaparece. Han pasado casi 5 años y sigo pensando en ti, sigo escribiéndote, así como la primera vez que te vi. Me sigue faltando el aire cuando estoy cerca de ti.

Así como el primer día que te fuiste, te sigo extrañando.




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