DE PARDO

Te extraño tanto, y cada día me pregunto cómo estás. Siempre leo aquella pequeña nota rasgada que escribiste en mi carpeta, con tu linda letra y con ese mensaje que lo único que me hace pensar es en buscarte, pedirte perdón y hacer como que nada pasó, pero el pedo es ese, que sí pasó. Lo peor es que no sabes lo bien que me hacía contarte mis cosas, podía contarte todo lo trágico sin acabar en una crisis. Pero me excedí, la cagué y te perdí.

Muero de ganas de darte todas mis páginas y que te encuentres en ese laberinto y entiendas lo que me hiciste sentir, y lo poco que te comprendí. Pero era más que lógico que partieras, era obvio que te marcharías. No iba a impedirlo, por mucho que quisiera que te quedaras.

Sé dónde encontrarte, y lo que menos quiero es ser una molestia. Entendí que estuviste en mi vida lo que tenías qué estar. Se sintió como un pestañeo, pero aportaste tanto.

Me duraste lo que me dura un cigarro, un respiro y mil crisis nocturnas.


-Servando Porras



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